Me fascina encontrar el orden perfecto de las letras en las palabras y de las palabras en las frases hasta que el resultado es “redondo” hasta que no le sobra ni le falta.
Como en todo en la vida, en los textos lo que no ayuda estorba; si algo puede no estar, no debe estar
Todos los textos mejoran simplemente eliminando lo que sobra sin poner nada en su lugar.
Esa experiencia me ha enseñado a saber encontrar el concepto exacto, a veces resumido en una sola palabra , el nombre, que hable por sí solo.
El una ciudad mediterránea, Alicante, que fué romana y en cuyo centro se monta un centro de negocios, pensé que era un buen nombre llamarlo Foromagno, como los romanos denominaban al lugar en el que se cruzaban las dos calles principales de todas sus ciudades y que era el lugar en el que se reunían los comerciantes, precisamente a hacer lo mismo, negocios.